domingo, 19 de noviembre de 2017

Desexilio

Fue un domingo en noviembre que mi viejo había planeado comenzar su desexilio. Partiría discretamente hacia Brasil con la intención de ingresar al país por un puesto fronterizo poco concurrido.

Unos días antes había llegado a nuestro departamento de La Alameda de Osuna y se había encerrado en la pieza de los varones para hablar con ellos. Las chicas nos miramos intrigadas y nos quedamos esperando escuchar alguna discusión. Nada de eso sucedió, al rato salieron felices y contentos.
El sábado siguiente estábamos con la mami y el papi en la cocina, con los preparativos del almuerzo y él me cuenta que al día siguiente viajaría para volver a la Argentina. Me quedé helada, llevábamos meses hablando del regreso y el plan era que volveríamos primero la mami y nosotros y cuando supiéramos que todo estaba bien, volvería él.
Yo, helada de miedo; él con los ojos mojados de emoción y alegría.
No va a pasar nada, quedate tranquila. Pero nadie tiene que saber. Si alguien pregunta, estoy en Bélgica –me dijo.

El domingo me levanté temprano porque iría con mi amiga Paula al Rastro. Mientras paseábamos por los puestos me encontré con Lilí Massaferro.
Anita, decile a tus viejos que hoy vendí bien, así que compro una botella de vermuth y voy a morfar con ustedes, me dijo contenta.
Me acordé lo que me había dicho el papi, que nadie debía saber. Busqué un teléfono público y lo llamé algo inquieta pero desde el otro lado de la línea me tranquilizó: No hay problema, Ana.
Cuando llegó Lilí se prepararon un vermuth mientras esperábamos para almorzar.
Sentate vieja, le dijo el papi. Hizo una pausa y continuó: Esta noche me vuelvo.
Dijo eso, sólo eso y Lilí ya sabía de qué le estaba hablando. Entonces hubo ojos llorosos, abrazos y piel de gallina.
No hubo manera de convencerlas de que no lo acompañaran a Barajas. Y así, la Lyli Santochi y la Lilí Massaferro fueron testigos del inicio del camino de regreso.
Esa fue la última vez que se vieron, cuando Lilí Massaferro pudo regresar al país, mi viejo ya había muerto.

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