martes, 24 de diciembre de 2013

Recuerdo de una Navidad


En la segunda o tercera navidad que pasamos cuando vivíamos en España, los hijos de unos amigos se habían conseguido una changuita: cargar unos camiones con juguetes que la UGT (Unión General de Trabajadores) regalaría a los hijos de sus afiliados.

Esa Nochebuena nos juntamos en la casa de Roberto y Carmen, unos amigos que también estaban exiliados en Madrid y eran vecinos nuestros. Cuando llegó la hora de abrir los regalos las niñas de la fiesta recibimos paquetes iguales. Eran unos muñecos que los muchachos habían conseguido en la changuita de Navidad.

A la mañana siguiente, los niños del barrio salieron a la plaza con sus regalos navideños.
Gema tenía su Nenuco que hacía babita y se le paspaba el culito. Maricarmen con un bebote que lloraba y se calmaba con la mamadera.
Y nosotras cinco teníamos nuestros muñecos, unos obreritos de casco y camisa rojos y mameluco blanco, con puño cerrado que al apretarle el botoncito que tenía por detrás cantaban "La Internacional". Y el "agrupémonos todos en la lucha final..." se mezcló con los típicos villancicos navideños.

*Encontré la foto que ilustra esta entrada en internet, no era exactamente esta versión de muñeco, pero era muy parecido.
* Acá, un link de una Ministra española que aprendió la Internacional con un muñeco como el que nos regalaron:

viernes, 22 de febrero de 2013

Lyli visita a Negucho en Devoto.


Devoto, 24-6-84

Querida Lyli: Para que se cumpla nuestro deseo, porque yo también tengo unas ganas inmensas de verte, no tenés nada más que venir. Entonces vamos adelantando ese abrazo grande y fuerte que nos vamos a dar, y yo lo hago extensivo al Gordo y a los chicos. En todos estos duros años los recordé con gran cariño, ya que los seguía sabiendo amigos y así los sentía. A pesar de la distancia en tiempo y en kilómetros fue invariable, va a ser un gustazo volver a verte, ojalá que también al Gordo y a los chicos, y así seguir en contacto. Realmente me emocionó tu linda carta, no te imaginás el alegrón que me dio, vale un beso de este amigo que también los quiere mucho. Bueno entonces, aquí te espero de donde no pienso moverme (JA-JA), podés venir el viernes o domingo próximo de 14 a 15 y de 9 a 12 respectivamente.
Espero que ésta llegue antes del viernes, así podés hacerlo ese día, de todas maneras voy a estar listo esperándote, con unos sabrosos amargos. Creo que vos también tomás mate amargo, yo en la cárcel me hice bastante matero, y como tomo 4 o 5 veces por día, resulta más económico tomarlos amargos. Como tenemos un cupo para que nos visiten, tengo uno libre, así que el jueves hago una audiencia pidiendo que autoricen tu entrada. Vos tenés que decir que venís a visitar a P.E.P., con seguridad te dejan entrar, y ya que sabés cómo es esta gente, por ahí te quieren hacer algún problema, pero "peleala". Si por cualquier no te dejan entrar, es decir si ponen alguna traba, a cualquier persona que esté en la fila, es decir que pase a visita, decile que me avise. Hacelo con confianza, el familiar es muy solidario, no se niega, puede ocurrir que se olvide, entonces decile a dos o tres. Dale tu nombre, que le digan a Pérez que te pida, entonces yo aquí pido ya que quiero recibir tu visita. Creo que está claro ¿no?. Bueno, para que no te asustes al verme, ya que me encontrarás con 20 kg menos, te digo que me encuentro muy bien así. Otra cosa que tengo de menos y muchos, son los cabellos, eso sí, siempre alegre, la alegría y mi convicción de justicia, en estos siete duros años, no me lo han borrado los "milicos". Aunque viví un momento muy duro y difícil, fue cuando murió mi vieja, me costó mucho resignarme. Como prontito estaremos juntos, Dios mediante, charlaremos, y sin lugar a dudas hay mucho para contarnos, así que dejo para hacerlo "pico a pico" que es mejor. Será hasta cuando quieras, te estaré esperando con alegría. Un abrazo al Gordo, cariños a los chicos, sería hermoso que trajeras a alguno de ellos, un beso y hasta prontito. Chau.
Negucho


Lyli (mi mamá) visitó a Negucho en Devoto en esos días, le pidió a mi hermano Adolfo que la acompañara. Cuando quiso entrar le objetaron que llevaba unas botas hasta abajo de las rodillas, entonces mi vieja se cruzó con mi hermano al bar de enfrente del penal, hizo que se sacara las zapatillas para ponérselas y lo dejó a Adolfo descalzo tomando un café con leche. Pedro Enrique Pérez (Negucho) estuvo preso hasta avanzado el año 1984, luego volvió a La Rioja.