Por Lylian Santochi de Paoletti
A 30 años del golpe militar que hirió de muerte al país haciendo desaparecer a miles de compatriotas, obligó al exilio a otros tantos miles, sembrando el terror y destruyendo las organizaciones sociales para instaurar el proyecto de destrucción del que hoy aún vivimos las consecuencias, siguen siendo válidas las banderas que los desaparecidos y represaliados levantaban por una sociedad más justa y fraterna que permitiera la felicidad del pueblo. Por eso es necesario seguir caminando tras esa utopía y tras ella vamos.
Tito Paoletti fue un militante por esa sociedad más justa y sus acciones fueron hacer conocer desde las páginas de El Independiente los problemas que sufría La Rioja y alentar la búsqueda de soluciones a esos problemas. Y con la coherencia que caracterizó su vida, en una acción que aún no ha sido comprendida en su verdadera dimensión, motorizó la transformación del diario en una cooperativa de trabajo. Pero no de cualquier forma: la empresa editora del diario donó a la cooperativa todos sus bienes y el nombre de una publicación que tenía ya una historia y prestigio de 11 años. Es necesario reconocer aquí que este mismo espíritu existió en los demás socios de la empresa editora entre ellos Ricardo Mercado Luna, a quien hoy también recuerdan en este acto.
Después del 24 de marzo de 1976, Tito Paoletti –que estaba en Buenos Aires en ese momento- y su familia vivimos clandestinamente en esa ciudad hasta junio de 1977 cuando partimos al exilio. En ese año participó en la edición de una publicación clandestina que se distribuía mano en mano en la que se denunciaba ya las atrocidades que se estaban cometiendo. En Madrid, Tito integró la Comisión Argentina de Derechos Humanos que denunció en forma permanente los horrores de la dictadura y recibió los testimonios de los sobrevivientes de los campos de concentración que iban llegando a aquellas tierras. Pero siempre estaba el propósito del regreso en cuanto fuera posible. Él regresó al país en octubre de 1983. Su familia los hicimos en diciembre de ese año.
Tito vuelve a La Rioja en 1984 y pide reingresar a la cooperativa -en el puesto que la asamblea decida, proponiendo incluso ser corresponsal del diario en Buenos Aires- y pidiendo a sus antiguos compañeros que no avalaran lo que tuvieron que hacer obligados por los militares. Los socios -los antiguos y los nuevos- de El Independiente COPEGRAF -beneficiarios de aquel gesto de grandeza- rechazaron su reingreso e incluso le pidieron que se retirara del edifico del diario...!!
Al año de la muerte de Tito recibí una llamada de uno de los socios -"Cachete" Ramírez- diciéndome que querían poner una placa de homenaje a Tito.
Lógicamente me opuse, es más, les prohibí cualquier homenaje mientras no hicieran un reconocimiento público de sus bajezas. Ramírez me dice en un momento que ellos valoraban la tarea de Tito pero no compartían su ideología.
Yo respondí: Estúpido, es la ideología de Tito la que ha permitido que vos estés donde estás, como socio de la cooperativa de trabajo que él organizó y a la que donó todo lo que tenía por sus convicciones.
Tito Paoletti y su familia aún esperamos justicia.